¿Creer o no creer? (y III, por fin)
Bueno, vamos a por la tercera parte que ya me estoy haciendo pesadito. Me quedarían, en principio puesto que la lista podría ser ampliable, un par de criterios más y alguna recomendación.
Empiezo por la recomendación, por dos razones: a) para que no se me olvide, y b) porque, dado el desorden que caracteriza mis ideas, mis exposiciones deberían reflejarlo para que nadie piense que estos textos los prepara un negro, esta última expresión debe entenderse como un homenaje a Ana Rosa y sin ninguna consideración peyorativa mucho más si tenemos en cuenta que en la relación Ana Rosa-negro quien ponía el intelecto era el negro Ya me estoy espesando y todavía no he hecho la recomendación.
Para quien esté interesado en estos temas hay un libro, para mí fundamental, se titula El mundo y sus demonios de Carl Sagan. Ahí se puede encontrar mucho y bueno sobre este tema.
Vayamos con lo que iba quedando de mí propósito inicial.
f) No son equivalentes causalidad y correlación.
Veamos, correlación implica una relación entre dos cosas, fenómenos o variables, eso no significa que una de ellas provoque a la otra. Esto último sería la causalidad, es decir, una cosa, fenómeno o variable es provoca que ocurra necesariamente otra u otro.
Como no estoy muy imaginativo pondré un ejemplo claro que ya utilicé el otro día: la horrible masacre del 11-M y el vuelco electoral del 14-M. Se está insistiendo mucho, entre otras cosas, en que el vuelco fue provocado por el atentado (relación causal). Efectivamente, hay una correlación: suceden dos hechos en unas fechas muy cercanas, uno de los acontecimientos influyó enormemente sobre el estado anímico de la población, el estado anímico del ciudadano (habrá que ver cómo) es decisivo a la hora de decidir el voto, etc. Cualquier línea valdría para indicar la correlación.
Ahora bien, la causalidad habría que demostrarla y no sólo demostrarla, también habría que definir muy claramente qué factores hay implicados en esa relación ya que no es unívoca. Por ejemplo, sería muy importante tener en cuenta también la insistencia del gobierno en la autoría de ETA como línea prioritaria (parecía la única, la pista del terrorismo islámico parecía un rumor malintencionado que disgustaba al ministro). Lo mismo también habría que tener también en cuenta la política informativa del gobierno en los últimos años, las playas blancas e impecables tras el Prestige, Urdaci, etc. Tampoco sería mala idea recordar que un gobierno lleva algunos años de gestión y ésta puede ser tenida en cuenta.
En definitiva, que no podemos dejarnos llevar por afirmaciones sobre una presunta causalidad que no esté suficientemente probada. También debemos pensar que hay muchas mentes pensantes que pretenden orientarnos y formar a la opinión pública con argumentos de este estilo, esto nos llevaría a plantearnos una pregunta: ¿son ignorantes que no saben lo que dicen o todo lo contrario?
g) Creo en algo porque no se ha probado que no exista.
Pues nada, a seguir creyendo. Por cierto, yo nunca pillé a mis padres poniéndome los juguetes: ¿existirán los Reyes Magos?
Este argumento es tan simple que es preferible no dedicarle mucho tiempo. Sólo recordar lo ya dicho anteriormente: hay que demostrar lo que se afirma, no somos los demás los que tenemos que hacer el trabajo. Y si no se puede demostrar lo que se dice: ¿por qué no se callan?
Empiezo por la recomendación, por dos razones: a) para que no se me olvide, y b) porque, dado el desorden que caracteriza mis ideas, mis exposiciones deberían reflejarlo para que nadie piense que estos textos los prepara un negro, esta última expresión debe entenderse como un homenaje a Ana Rosa y sin ninguna consideración peyorativa mucho más si tenemos en cuenta que en la relación Ana Rosa-negro quien ponía el intelecto era el negro Ya me estoy espesando y todavía no he hecho la recomendación.
Para quien esté interesado en estos temas hay un libro, para mí fundamental, se titula El mundo y sus demonios de Carl Sagan. Ahí se puede encontrar mucho y bueno sobre este tema.
Vayamos con lo que iba quedando de mí propósito inicial.
f) No son equivalentes causalidad y correlación.
Veamos, correlación implica una relación entre dos cosas, fenómenos o variables, eso no significa que una de ellas provoque a la otra. Esto último sería la causalidad, es decir, una cosa, fenómeno o variable es provoca que ocurra necesariamente otra u otro.
Como no estoy muy imaginativo pondré un ejemplo claro que ya utilicé el otro día: la horrible masacre del 11-M y el vuelco electoral del 14-M. Se está insistiendo mucho, entre otras cosas, en que el vuelco fue provocado por el atentado (relación causal). Efectivamente, hay una correlación: suceden dos hechos en unas fechas muy cercanas, uno de los acontecimientos influyó enormemente sobre el estado anímico de la población, el estado anímico del ciudadano (habrá que ver cómo) es decisivo a la hora de decidir el voto, etc. Cualquier línea valdría para indicar la correlación.
Ahora bien, la causalidad habría que demostrarla y no sólo demostrarla, también habría que definir muy claramente qué factores hay implicados en esa relación ya que no es unívoca. Por ejemplo, sería muy importante tener en cuenta también la insistencia del gobierno en la autoría de ETA como línea prioritaria (parecía la única, la pista del terrorismo islámico parecía un rumor malintencionado que disgustaba al ministro). Lo mismo también habría que tener también en cuenta la política informativa del gobierno en los últimos años, las playas blancas e impecables tras el Prestige, Urdaci, etc. Tampoco sería mala idea recordar que un gobierno lleva algunos años de gestión y ésta puede ser tenida en cuenta.
En definitiva, que no podemos dejarnos llevar por afirmaciones sobre una presunta causalidad que no esté suficientemente probada. También debemos pensar que hay muchas mentes pensantes que pretenden orientarnos y formar a la opinión pública con argumentos de este estilo, esto nos llevaría a plantearnos una pregunta: ¿son ignorantes que no saben lo que dicen o todo lo contrario?
g) Creo en algo porque no se ha probado que no exista.
Pues nada, a seguir creyendo. Por cierto, yo nunca pillé a mis padres poniéndome los juguetes: ¿existirán los Reyes Magos?
Este argumento es tan simple que es preferible no dedicarle mucho tiempo. Sólo recordar lo ya dicho anteriormente: hay que demostrar lo que se afirma, no somos los demás los que tenemos que hacer el trabajo. Y si no se puede demostrar lo que se dice: ¿por qué no se callan?
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