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Los ratillos del güende

Simplezas sobre Bélmez que requieren respuestas simples (II)

El pasado martes, 30 de noviembre, pude escuchar en La Ventana de Gemma Nierga una pugna entre la alcaldesa de Bélmez (acompañada en la sombra por el habitual gabinete jurídico) y Javier Cavanilles (ejemplo de mal peridista para algunos a sus espaldas, y malo malísimo abducido por los Arpíos para la mayor parte de paranormalilandia) todo ello moderado por el inefable "periodista" de "investigación" Iker Jiménez (caracterizado por su imparcialidad y por ser una persona ajena al fenómeno, no ha ganado ni un euro vendiendo historias del Bélmez...).

Termina el buen señor Iker Jiménez (el imparcial) con la siguiente intervención: "Hace 30 años ... dijeron que eran sales de plata (las caras), 20 años después el CSIC demostró que en esas primera caras no había ni rastro de sales de plata". Además adereza la frase indicando que hay contradicciones en el movimiento escéptico que no se pone de acuerdo sobre si son sales de plata, hollín, manchas, etc.

Como no sé si es que no entiende o hace como que no entiende, intentaré aclararlo (no para él, que da igual, sino para cualquier incauto que caiga en esta mi bitácora). Desde el movimiento escéptico no se aboga por ningún procedimiento por la sencilla razón de que es probable que no haya sido único, lo mismo que tampoco son únicos los "estilos pictóricos" de las caras, lo único que se propone es que hay maneras "humanas" de reproducir el "fenómeneno", así que lo que hay que probar no es que son un fraude sino que hay que probar que su origen no es humano, como los señores de mente abierta no pueden demostrar esto último (¿quizá porque es indemostrable?) se dedican a criticar a quienes, según ellos, no demuestran que es un fraude. En fin, que no hay peor sordo que el que no quiere oir y más si la sordera le llena bien la cuenta del banco.

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